Encontré este artículo sobre los beneficios que viajar ofrece a los niños. Me inspiró para escribir sobre
otros beneficios en los que quizá no pensemos tanto. ¿Qué recibo yo al viajar
con mi hijo?
Cuando la vida cambia y aparece un bebé, surge un proceso de metamorfosis forzoso. Hay
padres que casi mueren en el empeño, parejas que se rompen y niños que ponen a
prueba al más “pintao”. En este paquete de
transformación también están
incluidos los viajes. El primer viaje es
el que más cuesta.
En ese viaje iniciático aprendes una gran lección ¡Los viajes nunca volverán a ser como antes! Una vez aceptado y asumido este doloroso primer trago, llega la hora de adaptarse. Encontrarle el lado bueno a esto de viajar con tus peques:
Vuelvo a
ser otra vez niña. Disfruto con actividades que jamás me hubiera planteado como adulta. Ejemplos
claros de esto son la casa de la magia de Blois, dinópolis, el Caixa fórum de Barcelona, el Deutsches Museum
de Munich, la ruta de las caras de Cuenca, el cuentacuentos de Albalate, los talleres de
atrapasueños del festival de yoga… Nunca hubiera pensado en visitar tantos
acuarios, museos de las ciencias, escuchado tantos cuentacuentos ni visto tantos títeres. ¡Gracias Candela por hacerlo posible! Gracias lograr que
aflore otra vez mi niña y por ser su mejor amiga, no imagino a nadie mejor con quien querría que
esto hubiera ocurrido.
Me acuesto temprano. Y me levanto muy temprano. Siempre
procuro amanecer algo antes que mi hija. Me deleito de un tiempo de soledad y
paz. Antes estos momentos formaban parte de mi rutina. Disponía de multitud de
ratos así, no eran nada especial Ahora
se han convertido en un placer. Tras este gozoso momento, disfruto de un intenso día junto a ella.
No necesito verlo todo. Selecciono mucho mejor lo
que voy a ver. No se trata, ni de ver , ni
de hacer demasiadas cosas en los viajes, sino de disfrutar con lo que haces.
Todo se vuelve más sencillo. Adiós por siempre jamás a los maratones turísticos.
Miro con sus ojos. Soy muy preguntona con Candela
sobre las cosas que visitamos. Me encanta escuchar sus respuestas, algunas son
de lo más curioso. A veces tan simples que te hacen volver a pisar tierra.
Disfruto de cosas sencillas. Mis planes son hacer
la visita del siglo a un museo, lo preparo, documento el contenido. Acabamos
disfrutando infinitamente más con el
parque que hay a la entrada. Me rindo. No es necesario hacer grandes cosas para
disfrutar.
Soy mejor persona. El año pasado me recuerdo frente a una cola de 30 minutos, taladrada
por un sol húmedo y asfixiante en el parque temático de Portaventura. Mi
pensamiento se dedicaba a observar tantos y tantos padre allá delante. Todos
ellos estaban allí, por supuesto, porque deseaban fervientemente montar en los
globos voladores. Continuamente olvidamos nuestro yo y ponemos el bienestar de nuestros
hijos en primer lugar. Lo hacemos de manera innata, sencilla, sin pensarlo. La idea de hacer algo
por los demás olvidándonos de nosotros, es bonita, me resuena a grandes Hombres y grandes
Mujeres. No estamos tan lejos de ellos.
Todo forma parte de un aprendizaje, de un crecimiento personal. Los momentos más
tensos de los viajes son excelentes para ponerte a prueba. Nos hemos perdido,
llega la hora de comer, los niños tienen hambre, están muy pesados, comienzo a
ponerme nerviosa. En esos momentos es cuando mostrarás a tu hijo
la mejor o la peor de las enseñanzas. Si puedes mantener la calma, si afrontas la
tensión, si no se te va de las manos, ellos pronto te imitarán. Y tú estarás
muy orgullosa de ti misma y te sentirás bien. Si no fuiste capaz de mantener hoy la calma, mañana seguro que el
momento de tensión será aún mayor, ¡será por oportunidades!…
Pilar, me ha encantado, me siento tan identificada!!!
ResponderEliminarLa vida es una constante evolución, hasta para los que pensamos que estamos estancados desde hace tiempo.
ResponderEliminarLos niños, nuestros hijos, nos muestran cada día ese crecimiento, viéndolos a ellos somos conscientes de ese cambio.Cada paso que damos, cada palabra que decimos los forja a ellos como personas pero no debemos olvidar que nosotros también nos forjamos como padres día a día.
Cuando tienes tres... te das cuenta de que no actúas igual con el tercero de cómo lo hiciste con el primero... espero que esos cambios sean para bien, y vallamos mejorando, por la parte que me toca.
Ser conscientes de los momentos felices que compartimos con ellos es muy importante,gracias por recordarmelo,porque no debemos olvidarlo, Además de los momentos tensos, de los arggg cuando solo gritan, no comen, se aburren, ya lo somos. De los otros también hay muchos. Gracias de nuevo por recordármelo
Totalmente de acuerdo. Recuerdo, no sólo con el primer viaje, por lo menos con los 10 primeros lo frustrante que resultaba no poder visitar todos los lugares que te habías propuesto(¡¡ya que estoy aquí, cómo no voy a ir¡¡), pero como bien comentas con el tiempo lo asumes, te relajas y comienzas a disfrutar de otras cosas que olvidamos y sólo ellos tienen siempre en cuenta, estar sencillamente juntos, disfrutando el uno del otro sin horarios, y eso es más valioso que cualquier lugar pendiente de visitar.
ResponderEliminarYo ya no podría viajar sin él, mi dulce Daniel.
Gracias por compartir todo esto con nosotros. Mil besos para Candela y para ti.
Mil besitos Bea. Gracias a ti por leer el blog.
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