Cambia tu versión

Una versión mejorada de ti.

Todas las mañanas robo diez minutos a la prisa, me deleito con  una infusión y saboreo  mis galletas preferidas.

Es un buen momento,  corto,  maravilloso. Hoy acabé mis dulces favoritos.  Busqué en el día un tiempo que no tenía, aparqué en doble fila y me dirigí rauda a la estantería de la tienda.

-          No quedan, acabo de vender la última bolsa.

Mi mirada  intimidó a la pobre tendera que se deshacía en excusas.

Nos cuesta cambiar. Nos aferramos a lo conocido, nos encadenamos a  los recuerdos,  nos sentamos en el mismo sitio de la mesa, dormimos en el mismo lado de la cama, usamos siempre la misma pasta de dientes, nos sentimos cómodos en nuestras rutinas, rechazamos lo nuevo, huimos del cambio.

Cuantas veces has escuchado esta  excusa  a la persona que discute frente a ti.
      “Es que yo soy así” “No puedo cambiar”.

Vivimos en un Universo cambiante, en él  nada permanece, la energía,  la materia están en continuo movimiento, los médicos aseguran que en siete años se renuevan todas la células de nuestro cuerpo, nos regeneramos, nada es igual alrededor, nada queda.  En este mundo efímero esa frase es una falacia.

Cada día nos ofrece la oportunidad de mejorarnos. En informática se nombran las distintas  versiones de una aplicación,  según se añaden funcionalidades,   a base de números crecientes. La primera es la  versión punto cero,  la segunda versión punto uno, la siguiente versión uno punto uno, uno punto dos y así sucesivamente.

¿En qué versión te encuentras de ti mismo? Y sobre todo ¿Estás dispuesto a  evolucionar? ¿Qué te está pidiendo la vida a gritos que cambies de ti?

La amable dependienta,  a pesar de estar sufriendo  una de mis erróneas versiones, me invita a que pruebe  un nuevo producto para el desayuno.  Menos grasa, azúcar de caña, 40% de fibra.

-          Uhmmm que sabroso.

Mañana sin duda cambiaré mi desayuno.