miércoles, 2 de octubre de 2013

Conviértete en un Pigmalión



El retrato que colgaba de la cabecera de su cama reflejaba a un hombre bello, un cuerpo con carácter,  facciones elegantes,  torso  varonil, y decía también sobre  su alma,  sensible y soñadora.

El rey de Chipre, el poderoso Pigmalión, se disponía una vez más a asistir a uno de esos tediosos bailes.
            Son buenos para el reino y quizá hoy la encuentre al fin.




Tras ese cortinaje opaco, la luz de su espíritu se colaba entre sus rizos y dejaba entrever en pos de  los sueños de gloria otros mucho más sutiles y tiernos. La  búsqueda clandestina de su mujer perfecta.  

Los surcos en sus manos delataban su edad, aún sin descendencia y sin colmar ese deseo que le corroía el alma.

Esculpía bellas figuras de piedra que regalaba una y otra vez. Crearía las más grande, la más bella escultura de  mujer, reflejaría lo que su  ánimo exigía tanto tiempo atrás, no cesaría hasta tenerla.
Tanta pasión depositada en aquella obra, tanta belleza expulsada por  sus manos sobre la piedra, tantos sueño  robado a su  lecho mudo. Pigmalión creyó soñar, sintió el calor del mármol, los pétreos labios dibujaron una sonrisa, una delicada mano  acarició su cabello y al fin pudo comprobar como  un aliento cálido se posaba en sus labios.

Su mujer perfecta existía,  estaba frente a él, creció del amor, nació de la fuerza, brotó de la rebeldía a rendirse.

El efecto Pigmalión o de la profecía autocumplida existe, tu puedes ser un pigmalión positivo para cualquier otra persona, por supuesto que mejor que serlo para tus hijos.

Un Pigmalión ve en ti más allá de lo que tú mismo puedes soñar, deposita una confianza absoluta  en tu capacidad y te trasmite un entusiasmo tal que  exprime lo mejor de ti. Pigmalión consiguió dar vida a un trozo de mármol y nosotros podemos dar luz a cosas que aparentemente no están ahí.

Para ser un buen Pigmalión se deben dejar de lado los prejuicios, se debe tener la mente amplia y ser   benévolo con los que tenemos enfrente,  pues realmente buscamos  su crecimiento.

No es necesario ser héroes, no tenemos que de repente convertirnos en salvadores de la humanidad.  Podemos empezar por algo muy sencillo. 

Empecé por decirle a los demás las cosas buenas que veo en ellos. 
No solemos hacerlo, vemos que nuestra compañera de trabajo está  especialmente guapa hoy , o  que ha hecho buena exposición, o que ha escrito algo bonito, o tomado una buena fotografía . Lo solemos dejar en nuestro pensamiento, no somos capaces de verbalizar eso que pensamos.  Nos cuesta un gran esfuerzo hacerlo, nos educaron en mantenernos lejos de las emociones. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Acércate!!!!!!!!!!!

Me siento muy afortunada pues reconozco pigmaliones en algunas de las personas con las que tropecé en la vida, brindo por ellas y les doy las gracias. Sin ellas no hubiera descubierto muchas de las cosas que hago y soy hoy. Ha llegado el momento de devolver lo que la vida nos dio, comienza a ser hoy un  Pigmalión para alguien.
 “Viajero, /Disemina libre a lo largo del camino  /el tesoro que reúnes a medida que caminas.”(Tagore, Juicio, 31-33)


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