jueves, 6 de junio de 2013

Teruel con niños

Que ver en Teruel con peques:
Viajamos en busca de dinosaurios y nos encontramos mucho más.
Teruel es una pequeña ciudad con  algunas cosas sorprendentes por descubrir.


Sus torres mudéjares y la evolución turolense de este arte, aporta  un  toque de excepcionalidad a la ciudad. 
El arte mudejar es el que realizaban los musulmanes  en el medievo,  en aquellas ciudades en las que convivían con los cristianos y por encargo de éstos.
En Teruel, el mudejar,  evolucionó de forma diferente, se  adornó con cerámica y con ese toque de color tan característicos de su artesanía.

 Una visita guiada en la catedral relata su historia y poco a poco va desgranando los avatares de esta humilde catedral. Al final te espera lo mejor, un maravilloso  techo de artesonado mudéjar. He podido visitar mezquitas con maravillosos adornos en madera, pero este es verdaderamente diferente.  Los maestros que trabajaron en él,  pudieron decorarlo como nunca lo habían hecho. La religión musulmana no permite la decoración con imágenes humanas, pero la católica sí, así que nos encontramos ante una pieza única en el mundo, una bella rareza policromada. No dispongo de foto, guardado está en mi memoria, así que tendrás que ir para disfrutarlo.

 Han creado un espacio en torno a la leyenda de los amantes.Estas son sus manos, sin llegar a tocarse al igual que en vida según reza la leyenda.    Además de visitar el mausoleo y las momias,  hay una visita guiada de la capilla de San Pedro. Me gustó ver sus paredes completamente decoradas y esos tonos dorados, rojos y verdes.

Recorrimos el pequeño claustro con los niños fijándonos en las ménsulas de las que hablaba la guía,  representando seres fantásticos y terroríficos a la vez.

También hablaron de sus arcos apuntados. Aproveché para enseñarle a Candela que es eso de un arco apuntado. Una vez  en el hotel le animé a que me dibujara pintara uno de esos arcos, por supuesto no se había enterado de nada, lo pintamos juntas, algo quedará...  
Tras estas dos visitas los niños no quieren más,  así que llegó el momento de ir a la Plaza del Torico a degustar ese delicioso jamón de la tierra.

Otra de las sorpresas de Teruel es que tiene diversas muestras de edificios modernistas, en  la plaza hay una casa que enseguida descubrirás por su color. Hay más diseminadas por la ciudad. La razón de que el modernismo recalara en esta ciudad es un hombre, Pablo Monguió, natural de Tarragona y discípulo de Gaudí.

Copio algunos de los edificios que encontré en un artículo de la revista “Vive Teruel”  escrito por Vidal Muñoz y que se titulaba Pablo Monguió: del historicismo al modernismo en Teruel.
[…]La ciudad de Teruel en el primer cuarto de siglo se llena de obras modernistas por la semilla de Monguió, sobresaliendo el Colegio-Asilo de San Nicolás de bari, la Imprenta Perruca, en la calle San Andrés, el Casino Turolense, la Casa de Timoteo Bayo (1902)en la plaza Bretón con el trabajo artesanal del hierro, la madera y la colaboración de Matías Abad, adjuntando la técnica rejera del Art Noveau; los miradores de la casa Ferran, esquina a la calle del Pozo, la Casa de Natalio Ferrán en la calle San Francisco, la casa Escriche en la calle Temprado, la casa de Andrés Esteban en la calle de la Parra y en la calle del Portal de Valencia, esquina a la Ronda Ambeles, la casa Mallén.

Son las ocho de la tarde,  nos vamos al hotel, nos espera una  larga jornada  mañana,  visitaremos dinópolis.
En el segundo capítulo os cuento sobre el hotel,  los dinosaurios y una encantadora  ruta por el campo.







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