miércoles, 25 de abril de 2012

Ver en Cuenca. Un paseo por el río.

Nuestro paseo puede comenzar en la Avda. Virgen de la Luz, lo de avenida  se lo puso alguien con mucho sentido del humor, en google maps puedes encontrar con este nombre el punto exacto.  
 
Si diriges tu mirada hacia la iglesia anaranjada que está frente al parque, la iglesia de la Virgen de la Luz, patrona de Cuenca,  puedes observar el barrio de San Antón, un barrio muy peculiar, en  la noche la luz  lo alumbra  una luz diferente del resto de la ciudad   y  si lo observas  en panorámica (por ejemplo desde el casco antiguo, al lado de  Torremangana) parece un portal de Belén.
En la  “gran” avenida de la que os hablaba, hay un parquecillo con columpios, debes acceder  al parquecillo y localizar unas escaleras que descienden al paseo.  Este es el punto de  desembocadura del río Huécar en el   Júcar, los dos ríos son origen de las dos hoces, patrimonio de humanidad,    entre las que surge la ciudad.

El paseo que vamos a descubrir es muy corto, no emplearás más de media hora si andas ligero, yo creo que no hay más de 2 km en todo el recorrido,  es circular y para niños excepto una pequeña cuesta es muy llevadero.
El parquecillo donde empieza la ruta es un buen lugar para  estar con  los niños,  merendar o echar una con pelota.


Lo  encontré el domingo al mediodía, hacía sol, los pajarillos cantaban, las mariposas revoloteaban y el río estaba verde, con el exuberante verde del  Júcar, a esas horas además no encontré mucho tránsito, vamos que me cruce con poco género humano.
Discurrimos sobre del Júcar y pisamos sobre una plataforma de madera muy agradable, podemos ver patos, truchas  e incluso bajar hasta la orilla del río y tocar agua. Todos los paseos que tienen agua para mí son doblemente placenteros.  A la derecha está la roca sobre la que se alza la ciudad, así que el camino aparece  repleto de pequeños musgos, filtraciones y  curiosas formas.

Sobre esta plataforma de madera caminaremos no más de quinientos metros llegando a unas  escaleras que a mano derecha acceden  a la puerta de San Juan, tras ellas está otra vez   la ciudad y vuelta por la calle San Juan al mismo parquecillo del que partimos, pero esta vez todo cuesta abajo.


Sobre la puerta de San Juan , cuenta la leyenda que el rey Alfonso VIII después de sitiar la ciudad durante nueve meses, entró a través de ella y  gracias a un pastor a quien se le apareció la Virgen, esto ocurrió el 21 de septiembre de 1177 y se conmemora cada año con una fiesta, “San Mateo” en la que los ingredientes principales, como toda fiesta que se precie,  son la bebida, la comida y las vaquillas, en esta fiesta  enmaromadas.

Si te apetece seguir caminando,  en vez de subir las escaleras,  tienes un buen paseo siguiendo  de frente y siempre con el río a tu izquierda,  llegarás a un restaurante “Recreo Peral” en que se come muy bien y es muy agradable, también tiene unos columpios, muy antiguos pero pasables dado el entorno que te rodea.

Desde los columpios si continúas caminando,  dejando atrás este restaurante,  el camino discurre a la derecha del río, es muy agradable y debe tener unos dos kilómetros más. Caminas por la hoz de Júcar, mira hacia arriba, son ingeniosas las formas que se generan en la roca caliza.


 




 


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